viernes, 21 de junio de 2024

SUSONA (LEYENDA)

 LEYENDA DE LA SUSONA

Hola a todos. ¿Qué tal?

En este reportaje hablaremos de la leyenda de la Susona.





¿Cual es su nombre verdadero? Su nombre verdadero es Susana Ben Susón. Fue una judía de Sevilla del siglo XV. 

Según la leyenda, era conocida por su belleza y se retiró a un convento tras delatar a su padre, Diego Susón, que estuvo en un grupo que tramaba un complot contra los cristianos.

Era conocida como la "Fermosa Fembra". Tanto se creyó los piropos que le decían que decidió sacar partido de ello y utilizarlo para poder ascender socialmente de posición. Para ello, entabló relaciones amorosas con un caballero cristiano muy bien posicionado. Todas las noches esperaba a que su padre se fuera a dormir para correr al encuentro de su amado.

Sin embargo, una noche quiso el destino que escuchara algo que jamás se debió de haber escuchado...



Se encuentra ubicado en Calle Susona.




Adentrémonos un poco en la historia para comprender la veracidad de los hechos que acontecieron.

Los judíos eran un colectivo oprimido en Europa durante la Baja Edad Media. En 1478 se fundó en España la Inquisición. En torno a 1480 un grupo de judíos tramaron para desestabilizar el Estado y uno de sus cabecillas fue su padre, D. Diego Susón. Los conspiradores se reunían en casa de Diego Susón para tramar la difusión de los planes, que incluían liberación de presos para que produjeran desórdenes, beneficiar el poder musulmán y llevar a cabo levantamientos violentos en las principales ciudades.

La leyenda cuenta que Susona era pareja de un caballero cristiano y por miedo a los cauces que estaba tomando una situación, le contó todo a su pareja. Por más que no quería delatar a los suyos y a su padre, finalmente fue avisar a su amado, pues tenía miedo de que saliera herido. Él acudió al asistente mayor de la ciudad de Sevilla, Diego de Merlo, para informarle lo que le había contado. Por consiguiente, su amor acabó siendo la causa de su propia desgracia.

Diego de Merlo acudió con tropas a una de las reuniones y arrestó a todos los judíos del grupo, que fueron condenados a muerte. El grupo lo formaban el padre de Susona, D. Diego Susón, Pedro Fernández de Venedera, Juan Fernández de Albolasya, Manuel Saulí, Bartolomé Torralba, los hermanos Adalfe de Triana y más personas distinguidas de Sevilla, Utrera y Carmona.





La Susona se sintió arrepentida y con un gran sentimiento de culpa por haber traicionado su padre. Por consiguiente, decidió ir a la catedral y pedir ser bautizada y confesada. Ambos sacramentos corrieron a cargo del arcipreste Reginaldo Romero. Susana Ben Susón no encontró consuelo alguno. Y además la bella Susona sufrió el desprecio de toda la comunidad judía. Pero lo que acabó destrozando su corazón fue precisamente que aquel por quien lo había dado todo, la acabara rechazando y no quisiera saber nunca más nada de ella.





Frente a tales desgracias, la bella Susona sólo vio una posible. Acabó retirándose a un convento de clausura para nunca más volver a salir de él. Y a su muerte dispuso en su testamento que quería que separaran su cabeza de su cuerpo. Quería que su cabeza fuera colgada de la puerta de su casa, en el barrio de Santa Cruz de Sevilla. Pretendía recordar a la gente por siempre jamás su traición. Aunque además deseaba advertir a las generaciones futuras de hasta donde le había llevado su locura de amor juvenil.




Como resultado, la cabeza de Susana Ben Susón permaneció ahí, hasta el 1600, cuando decidió retirarse debido a lo tétrica que resultaba, para recordar a la gente por su traición.

En la actualidad un azulejo muestra la calavera.





Espero que os haya gustado este reportaje. Nos vemos en el próximo blog.





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